
A mí me cuesta horrores considerarlo deporte, y me cuesta tanto o más considerarlo arte. No creo que se pueda comparar algo así con una obra pictórica o un escrito de alguno de los mejores poetas, hay un mundo entre una cosa y otra. Podría llamarse pseudo-deporte porque más o menos tiene los rasgos generales.
Hasta aquí mi opinión de los toros, más bien negativa pero desde el desconocimiento del mundo interno.
Pero en los últimos meses la sociedad se ha visto bombardeada en sus periódicos y telediarios por un debate que han puesto sobre la mesa los activistas anti-taurinos y ha sido permitido por los mandamases con la intención de desviar temas importantes hacia otros que ni les van ni les vienen y que en el pueblo crea disputas y charlas. Justo lo que quieren, que se hable de cosas sin importancia política (para eso también ha venido bien el mundial de fútbol).

Por otro lado están los defensores del toreo, que más que sus aficionados que no pueden defenderlo más allá que en su bar habitual, son los empresarios, la gente que pone mucho dinero en los toros y no está dispuesta a dejar de ganar "pasta" porque un animal esté sufriendo. Y es gente poderosa. El toreo es un negocio al fin y al cabo, igual que lo es el fútbol, y la bancarrota no va a llegar porque sí. Quizá puede hacer más daño la crisis que los anti-taurinos. Aunque eso es difícil porque la afición de los toros es gente de dinero (un abono de las Ventas supera los 1000 €) que se va a poder seguir permitiendo el capricho de ir los domingos a ver a "El Juli" o a Jose Tomás (en cuanto se recupere). No veo fácil que los toros desaparezcan y probablemente tampoco lo veo necesario del todo (dicho ya que no me gusta ver sufrir a los animales).
Y en un tercer plano están los que permiten el debate (que no pasa de un debate) para que se puedan llenar páginas con menos críticas de las habituales.
Terminó la vuelta. Me retiro antes de llevarme una mala cornada.
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