Aunque ya no consientas que mis ojos
y mis amores te invadan.
Aunque ya no sirvan mis versos
para llenar de alegría tu alma.
Aunque ya sólo te acuerdes
de un mísero poeta muy de cuando en cuando.
Aunque tu futuro esté muy lejos
de mis lejanos e indómitos sueños.
Aunque me invadan la soledad,
la tristeza y el cariño.
No te preocupes, mi niña, que aún
tengo llena de amor el alma.
Manolo Chinato
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