Ayer llegué a casa de un día largo de elecciones, de presenciar el ejercicio de "libertad" del pueblo, a la hora en la que empezaba La Rosa de los Vientos en Ondacero. Había pensado algo durante el día en el tema de la libertad, observé muchas cosas que me hicieron pensar hasta dónde llega esa libertad aquí. Maridos obligando a votar al PP a sus mujeres de collares de oro y bolsos de marca, padres metiendo en el sobre la papeleta que introduciría su hijo en la mesa. El objetivo del votar está en encontrar quién te propone más felicidad.
Entonces Bruno Cardeñosa, el conductor del programa, empezó su monólogo de apertura de programa, ayer, hablando sobre felicidad y libertad:
<< Un estudio, realizado por investigadores de la Universidad de Warwick ha puesto en evidencia una paradoja: los 10 países más felices del Mundo son aquellos en los que se registran las tasas más altas de suicidio. Para efectuar este trabajo, tuvieron como referencia el estudio que realizó la revista Forbes para determinar qué 10 países eran los más felices según su criterio; criterios, por supuesto, muy vinculados a temas monetarios. España tenía un puesto destacado en esa lista de países más felices; y mientras tanto, el suicidio en España, desde hace 2 años, es la mayor causa de muerte no natural que existe. Nos olvidamos a menudo de este dato que es tan importante.
Este nuevo trabajo viene a demostrar que los criterios que seguimos para definir la felicidad, son cuanto menos discutibles. En estos meses, uno de los iconos más representativos del tiempo actual es la máscara del protagonista del cómic y película "V de Vendetta". Ese personaje, en una de las conversaciones que tiene, formula la siguiente pregunta: "¿Es que acaso prefieres la felicidad a la libertad?". Y es que realmente, el concepto de felicidad que tenemos, el que nos han impuesto como modelo es quizá contradictorio, es posiblemente una felicidad que triunfa a consta de las libertades. A medida que conquistamos más felicidad, o lo que nos venden como felicidad, la libertad es menor. Porque ese modelo de felicidad nos encadena, y en ocasiones esas cadenas se rompen. Esa felicidad provoca insatisfacción.
Quizá sea el tiempo de decidir, de elegir no ser felices, porque eso es elegir libertad. Entonces quizá descubramos porqué la felicidad que nos venden es una cárcel materialista.
Groucho Marx lo definía perfectamente, con su perspicacia y su ironía. Decía: "hijo mío, la felicidad está hecha de pequeñas cosas: un pequeño yate, una pequeña mansión, una pequeña fortuna...". >>
Así me empecé a explicar las cosas que antes me preguntaba. La gente ya ha asimilado que la felicidad está donde nos la han vendido, en la acumulación de bienes, en tener pero no tener que pensar. No nos importa la limitación de nuestras libertades porque hemos alcanzado esa falsa felicidad. Nadie que la tenga se va a parar a pensar en si hay algún otro partido ajeno a los que se la han dado que pueda darle más, o que pueda aportarle otra distinta felicidad, o que pueda aportársela a un número mayor de gente.
El objetivo es llegar a una nueva felicidad, sin necesidad de renunciar a un cierto materialismo, pero no teniendo en él un objetivo, un fin, un centro de nuestra vida.
Y en este tiempo se están rompiendo los grilletes. Mucha gente que tiene todo para ser "feliz", según nos han dicho, está saliendo a la calle para reclamar su libertad, para que su voto valga y los políticos gobiernen por y para la gente, sin limitar ni pensar en aquellos que lo único que consiguen es que tengan una falsa libertad.
También los políticos deberían renunciar a su "felicidad".
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Muy bueno, una vez más. No es más rico quien más tiene sino quien menos necesita...
ResponderEliminarTienes totalmente la razon no que porque las personas tienen mas que otras van a pisarlas
EliminarDesgraciadamente esa gente que tiene medios para ser "feliz" en general seguirá inmóvil, criticando toda reivindicación por si pone en riesgo su bonito entorno de facilidades y comodidad de por vida.
ResponderEliminarPásate por mi blog, que hablo sobre la degeneración del movimiento, cada vez más diversificado (al menos en la Puerta del Sol)