El asesinato de Bin Laden será un excelente test sobre la realidad de Al-Qaeda y sobre las revueltas del mundo árabe. ¿Le quedará a Al-Qaeda alguna capacidad de respuesta? ¿Volverá el ruido antiamericano felizmente ausente durante las revoluciones de estos últimos meses? ¿Recuperará protagonismo el fundamentalismo islámico? ¿O confirmará la victoria de las nuevas generaciones contra el fanatismo?"
Este es un extracto de la columna con la que cerró el programa de Hora25 de la noche del 2 de mayo, el pensador Josep Ramoneda. Expresa una opinión que durante el día muchos intentamos defender ante el cerril "tiene lo que se merece". Y quizá con esa frase uno esté de acuerdo, al fin y al cabo, un asesino tal quizá no merece vivir. Pero es que nos desviamos en realidad de lo que ocurre. Han encontrado a un delincuente, lo han arrinconado, han entrado, lo han tenido cara a cara, y, por le hecho de ser quién es, han decidido no seguir un proceso habitual de detención y asesinarle a sangre fría para dar falso placer al pueblo y un buen puñado de votos. ¿No habría sido normal detenerlo, juzgarlo y acusarlo a pena de muerte, por ejemplo (que aunque sea otra forma de ojo por ojo, es consecuencia de un enjuiciamiento)?
Y la celebración en EEUU puede ser más comprensible vista desde aquí y algunas razones de la decisión (explicadas por Ramoneda) parecen pensadas por el bien común. Pero allí ese sentimiento de venganza patriótica prima mucho en estas situaciones, sienten que se hace justicia asesinando al que les asesinó (para eso allí tienen también la ya citada pena de muerte), y en este caso es algo más. Es la cara del enemigo del pueblo, del que ha provocado que el país sea el que es ahora mismo, y han destrozado esa cara. Pero en realidad ese es el método que los radicales islámicos tienen, esos salvajes que salen a la calle a celebrar la muerte de soldados "infieles", esos seres exentos de democracia, que se mueven por un instinto animal en contra de toda la sociedad occidental, que representa la justicia, la libertad, la igualdad. Ese método que tanto condenamos y odiamos es ahora el que jaleamos. Nos hemos vengado del infiel.
Pero la democracia tiene que ir más allá del instinto animal, del deseo de ojo por ojo. Aquí creemos en la justicia, ese hombre pudo ser detenido y ajusticiado, sin embargo se decidió abatirle y acabar con sus restos a escondidas, convirtiendo al asesino en mártir, muerto sin haber sido acusado por sus crímenes y sin que la justicia se realizara.
Y en España también se ha aplaudido mucho el asesinato. Gente que en su momento critico de forma radical casos muy similares sucedidos aquí. Chocan con ellos mismos, claman justicia para casi todo y aclaman una injusticia porque "éste lo merecía". Estamos defendiendo de forma indirecta (o casi directa), que una persona se tome la justicia por su mano si, por ejemplo, le han matado a un ser querido.
Esto significa un paso atrás para esta sociedad occidental que en tanto está fallando pero parecía no poder fallar en situaciones así, se nos ha olvidado todo en lo que creemos para alzar los palos, tirar de Ley del Talión y volver al instinto depredador.
Qué miedo vivir en un mundo tan jodido y tan anestesiado. Y tan americano. Y subnormaloide. A ver si cuando hayamos ejecutado al trigésimo cabeza de Al Qaeda nos quedan ganas de salir a la calle a pasear las banderas... qué combustionante se me hace este asunto ¬¬
ResponderEliminarEs un asunto complicado: si lo extraditas para juzgarle, tendras a varios paises de oriente medio pidiendo su liberacion, mas, probablemente, durante todo el juicio, oleadas de atentados para exigir que lo sueltes. En tu propio pais va a haber gente que lo querra matar segun pise el suelo, y a saber hasta donde llegarian. Y si lo ejecutas, tienes que darle entierro, con lo que creas un lugar de peregrinacion (hay lugares asi con muertos menos relevantes).
ResponderEliminarAdemas, seria incongruente y un problema para Obama que se le condenase a la pena de muerte teniendo en cuenta que en su campaña electoral prometia restringirla mas e incluso eliminarla. Pero si no le matan, ¿lo tienen preso de por vida? El riesgo de atentados y ataques es demasiado alto.
Personalmente, creo que aunque siempre se debe celebrar un juicio, en este caso esta era la mejor solucion.
Este tema es para cogerlo con papel de fumar, sin duda. Pero el tema de la ejecución...estoy muy de acuerdo con Tu vecino denfrente, el hecho de no haberle "aniquilado" en el acto, hubiese generado una oleada de secuestros y atentados en masa exigiendo su liberación. Ahora muerto el perro no hay rabia inmediata. Pero la habrá, sin duda. Los que profesan este fanatismo no tienen ningún reparo en degollar delante de las televisiones de Occidente, imagínate con el chantaje de por medio. Pero insisto, esto es para cogerlo con papel de fumar, y cuanta mas información llega más peliagudo se pone el tema.
ResponderEliminarQué decir, que estoy de acuerdo con todo eso, que ha sido la solución más efectiva y más beneficiosa con casi toda probabilidad, que es muy complicado decidir sobre algo así.
ResponderEliminarLo que yo vengo a discutir más generalmente es el sentimiento de justicia que se ha creado en todo el mundo y que el "han matado un asesino" sea equivalente al "ha sido detenido el asesino". Quizá era lo que había que hacer y a la vez quizá no sea tan elogiable lo que ha pasado. Porque no son formas, aunque sean las correctas.