Ha ce unos días estuve en una conferencia impartida por el reportero de guerra (profesión que ya casi no existe por no ser rentable) David Beriain y me dio mucho que pensar. Ya no solo por el tema de la guerra y esas anécdotas, experiencias vitales que contaba visiblemente emocionado al recordarlas. Lo que más curioso me resultó fue su forma de hablar sobre el periodismo y los medios en este país, con un mensaje claro: No estamos informados, y además no nos importa lo más mínimo.
Nos vale con oír: "Hoy en Libia, Gadafi ha matado a 3", para pensar en lo malo que es Gadafi y en lo mal que está el mundo y tener nuestra reflexión solidaria diaria y sentirnos mejor. Pero nadie está interesado en ver un reportaje de, por ejemplo, 15 minutos en el que se vea esa guerra desde dentro, nos cuenten las posturas de ambos lados, y en el que nos enteremos de la realidad del lugar, que no solo es un número de muertos diarios (normalmente adulterado), algo a lo que estamos acostumbrados recientemente con lugares como Irak o Afganistan.
En esa conferencia, proyectaron un muy buen documental de 2009 que Beriain y otro periodista habían hecho para el programa de Cuatro "REC: Reporteros Cuatro". En él, entrevistaba a talibanes y se adentraba entre ellos, hablaba con soldados españoles y americanos, o con la policía afgana y mostraba una realidad que diverge absolutamente de la que veíamos en los medios. Contó tristemente que el día del estreno no tuvieron mala audiencia, pero coincidió con el primer Sálvame en el que aparecía Belén Esteban y ese programa fue visto por lo menos por un millón más de personas que el suyo. Eso hace ver un futuro negro para el buen periodismo y un camino inevitable hacia el aislamiento de la realidad. Nos vamos a creer lo que llegue a nuestros oídos, pero lo que llega es impreciso y alejado de lo que hay (Beriain contaba el ejemplo de Japón, ya que venía de haber estado allí y de dónde ha llegado un alarmismo nuclear que no era tanto como parecía), y pocos, muy pocos, trabajan en que lo que hay llegue, por una razón, los medios no van a invertir nada en lo que "no interesa al público". Si lo que interesa es Belén Esteban, vamos a darles 12 horas de ella y entrará la pasta, que es el verdadero objetivo. ¿Quién en su sano juicio va a poner su dinero en algo que no da beneficios solo para culturizar o al menos mostrar a la gente que existe un mundo al otro lado que necesita de un movimiento real en éste? Es más, ¿no habrá más gente interesada en que nada se sepa que en lo contrario? La ignorancia de la masa es la base del poder, si no saben no se quejan, o al menos será sencillo repeler sus ataques.
Y el problema está en que esta carga es difícil o imposible de soltar. Nada puede hacer pensar que en algún momento se cambie y empiece a interesar el periodismo, que la gente ambicione conocer, contrastar. Y lo que es peor, menos futuros periodistas quieren llegar a ser de esos que son a los que yo llamo periodistas de verdad. Y no es culpa suya, ven claro que el presente no puede ser ese: deporte y corazón son las mejores opciones, exigen menos conocimiento general y tienen más vacantes en este país. Beriain comparaba la cobertura de, por ejemplo, guerras, de los medios españoles con la de medios americanos, franceses, o ingleses. Decía que el medio español que más gente tenía en Libia, llevaba a 6 personas, mientras que la BBC, por ejemplo, tenía un equipo de casi 100 repartidos entre rebeldes, pro-gadafi, tropas de la OTAN y todas las ciudades. Y esa es la forma de que una noticia llegue lo menos adulterada posible. Mientras, los medios españoles recogen un poco de cada lado, y desde la capital informan del número de muertos, etc. Eso es lo que llega, y no pedimos más. ¿Para qué?
domingo, 10 de abril de 2011
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Lo del excesivo alarmismo nuclear en Japón es totalmente cierto, por no hablar de la cobertura a Costa de Marfil, como si de vez en cuando hubiese que girar la vista hacia África en un acto de aparente solidaridad. Mira Hernán Zin, lleva cubriendo Somalia X tiempo y no se habla de eso en ningún lado.
ResponderEliminarEstá claro que la televisión es un negocio y las noticias son un espacio más dentro de ese negocio. La única cadena que DEBE tener espacios culturales aparte de los intereses económicos es la pública, es decir, La 1 y La 2. Y es verdad que los tiene (aunque sean en La 2 y de madrugada).
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