En ese momento, una chica de imponentes pechos y generoso escote acorde con tales apareció corriendo con la única intención de entrar en el metro antes de que las puertas se cerrasen y no tener que esperar así los 3 minutos que tardaría, a lo sumo, el siguiente (un esfuerzo quizá exagerado para tal ahorro de tiempo pero no es el tema a tratar). El esfuerzo no fue en vano y la chica entró, a una velocidad tal que no pude aminorar la marcha y chocó con uno de los dos músicos que, de espaldas a ella, tuvo que detener la interpretación de la ya comentada obra maestra de la música actual.
El guitarrista se giró visiblemente enfadado, a conocer el rostro de su agresor, ese cuestionablemente cívico personaje que había osado detener su trabajo. En lugar de con el rostro se topó con la chica y sus "amigas". Al verlo, el caballero olvidó su cabreo, dirigió una sonrisa a la chica, acompañada de una simpática babilla, y la siguió con la mirada mientras volvía a su labor de entretenimiento.
Mi pregunta es clara: ¿Habría reaccionado igual ante cualquier otro tipo de persona? Abro debate. Mi opinión es claramente que no lo habría hecho y las razones están claras. Así actúa el hombre, Darwin no falló ni un poco.
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