sábado, 30 de octubre de 2010

Y EL POETA SE COLGÓ UNA GUITARRA

Ayer, 30 de Octubre, el cantautor Carlos Chaouen volvió a la sala Galileo Galilei de Madrid para un concierto acústico más de su gira (casi continua) por su último disco Horizonte de Sucesos, y no defraudó.

El concierto empezó a las diez de la noche, media hora más tarde de lo que la web de la sala decía, y tuvo ciertos problemas de sonido en la primera media hora, teniendo que cambiar el orden del repertorio y detenerse a mitad de una canción más adelante. Al margen de esos incidentes, el concierto fue un ejemplo de la perfección que va alcanzando con el tiempo este artista, a solas con su guitarra, o acompañado con piano, segunda guitarra y percusión las horas se hicieron segundos mientras se iban relevando los temas, dando un repaso a todos sus discos y añadiendo varias canciones aún no editadas en estudio que supongo formarán parte de su próximo disco.
Una de esas inéditas fue con la que arranco, "El loco de la noche", para dar paso a "Pintando el cielo" y "Faro del paraíso", de Universo Abierto y Tótem, respectivamente. Carlos empezó con mucha fuerza, y enamorando al público que llenaba la sala. Justo después la guitarra empezó a sonar mal y, tras contar un no muy buen chiste, decidió cambiar el orden y tocar "Vente", uno de sus mayores "éxitos", acompañado al piano por Alejandro Martínez, gran músico ya habitual acompañante de Chaouen.
En el tramo siguiente, volvió a la soledad de su guitarra tocando "El Tiempo", la genial "Semilla en la tierra", coreada por la gente, y "Privado", de su segundo disco, Maldita.
Se acompañó de piano y percusión para la parte con más ritmo del concierto: "La vida tiene estas cosas", "Amor vertical", "Retinas de alquiler", "Buscando yerba" y "Amapola". Las tres primeras de Horizonte de Sucesos y las otras de Tótem. El ritmo no eclipsaba lo maravilloso de sus letras, sin duda le seña de identidad de Chaouen, todas dedicadas al amor ("Buscando yerba" también a la marihuana) y que sobrecogen al escucharlas.
Le costó completar "Buenos Aires" por los problemas con el micrófono, que le hicieron tomar un pequeño descanso para volver con "Días azules" y tocar una canción inédita con la dulce voz de su hermana Cristina. Carlos cantó después una canción escrita por Alejandro Martínez y el susodicho interpretó otra suya después.
Se acercaba el final y Carlos aprovechó para tirar de 4 canciones aún no editadas, cerrando el concierto con "Desatado". O eso parecía, aún así regresó, esta vez con sus músicos para "Fuera del cielo" y "Corazón", una de las más coreadas.
Cuando el show parecía acabado, el genio apareció guitarra en mano y brindó a su fiel público "Me he pintao" uno de los clásicos de su primer disco Carlos Chaouen.
La ovación sonó durante varios minutos, intentando en vano que volviera.
Yo me volví hacia casa, cruzándome con gente que iba de camino a sus discotecas y pensando: vais a gastar esta noche más que yo, vais a escuchar el mismo número de canciones y todas ellas juntas no os van a aportar ni un cuarto de lo que lo me ha dado a mí una de Chaouen (al cual seguro que ni conocen). Pero eso es otro tema. Lo importante es que la poesía se ha hecho música y tendremos poesía para rato.

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